El IPN se creó con la finalidad de formar profesionales en el área científica y tecnológica por lo tanto y la responsabilidad de ser una de las instituciones de las cuales está a cargo la actualización e investigación nacional, se ve ante la necesidad de reformar su modelo educativo para responder a las demandas actuales y futuras a pesar de la desigualdad social y económica que reina en el país en la llamada sociedad del conocimiento. Aunado a esto, se ve ante la necesidad de dar una formación de calidad en un contexto en el cual la tecnología pronto se vuelve obsoleta.
En respuesta a las necesidades detectadas en el año 2000, el nuevo modelo educativo se centra en el aprendizaje mediante una nueva cultura organizacional que resulte en un profesional equilibrado tanto en conocimientos, habilidades, actitudes y valores en un contexto de alta calidad caracterizado por su equidad, pertinencia, relevancia, eficiencia y eficacia.
En concreto, el modelo educativo del IPN consiste en (IPN, 2002):
Los distintos programas que se ofrecen, entre ellos el bachillerato, están constituidos por áreas de formación: formación institucional, formación científica, humanística y tecnológica básica; formación profesional o formación para el trabajo. En el caso de la educación media superior los planes de estudio están identificados mediante un conjunto de competencias laborales aprobadas por el Consejo de Normalización y Certificación de Competencia Laboral (CONOCER), ofreciendo a los estudiantes la opción de solicitar la certificación de una o más competencias laborales a través de sus 200 a 220 créditos.


La UANL ha trabajado en el nivel medio superior en el proyecto de homologación en sus programas de bachillerato, incluidos en la visión 2012, hacia la búsqueda de personas de postura abierta a la innovación y al cambio, sin dejar de lado la actitud crítica, de forma que se desea garantizar la formación integral de sus estudiantes y egresados.
El modelo educativo de la UANL al buscar una educación integral, de acuerdo a la definición de la ANUIES, centra sus procesos en su totalidad, integrando emociones, intelecto, afecto, razón, valores, aptitudes y actitudes en una visión holística y multidimensional del ser humano, motivo por el cual está enfocado al aprendizaje y el desarrollo de competencias a través de una flexibilidad curricular en ejes transversales. Las principales características del modelo son (UANL, 2008):


NUEVO ROL DEL DOCENTE
El rol del docente se centra encrear entornos de aprendizaje,diseñar experiencias deaprendizaje, estimular elrazonamiento y el pensamientocritico, proporcionar a losalumnos oportunidades deutilizar sus habilidades derazonamiento y particularmente,fomentar el desarrollo de laautonomía como competenciapersonal.
NUEVO ROL DEL ALUMNO
La capacidad de trabajo en equipo,
la capacidad para reestructurar
modelos mentales, para utilizar
recursos electrónicos y TIC;
capacidad para explorar, detectar,
seleccionar y utilizar adecuada y
oportunamente la información y
evaluar su impacto; la capacidad de
aprender de la experiencia y de los
errores, el desarrollo de la
creatividad y la innovación. El
estudiante debe intervenir en clase y
debe llegar preparado a la clase para estar en
condición de reflexionar , aportar y
ser evaluado continuamente.
Los alumnos sonprotagonistas de su propioaprendizaje, por lo tantodeben adquirircompetencias para laautorregulación delaprendizaje.

- Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión: el conocimiento del conocimiento serviría de preparación para afrontar riesgos permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente humana.
- Los principios de un conocimiento pertinente: la supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas impide operar el vínculo entre las partes y las totalidades. Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto.
- Enseñar la condición humana: el ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser "humano".
- Enseñar la identidad terrenal: el conocimiento de los desarrollos de la era planetaria que van a incrementarse en el siglo XXI y el reconocimiento de la identidad terrenal que será cada vez más indispensable para cada uno y para todos, debe convertirse en uno de los mayores objetos de la educación.
- Enfrentar las incertidumbres: las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han revelado, en el siglo XX, innumerables campos de incertidumbre. La educación debería comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas.
- Enseñar la comprensión: la comprensión es al mismo tiempo medio y fin de la comunicación humana. Teniendo en cuenta la importancia de la educación para la comprensión en todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma de las mentalidades.
- La ética del género humano: la educación debe conducir a una «antropo-ética», considerando el carácter ternario de la condición humana, que es el de individuo-sociedad-especie. La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, parte de una especie (UNESCO, 1999).
Los modelos educativos emergen de escenarios sociales, culturales y políticos determinados por la sociedad, encarnan la visión del gran ideal sobre el "hombre a formar". Se encadena en este modelo la idea elemental del ciudadano educado bajo el compendio de conocimientos que aglutina una cultura con una visión "durkheimniana", el legado de una generación a otra, la educación vista como una institución social; el gran plan educativo nace desde el pensamiento pedagógico posmoderno con la puesta en marcha de la instrumentalización de todos aquellos elementos que le confieren y hacen necesaria la acción educativa.
Los nuevos enfoques educativos pretenden responder a un sinfín de necesidades sociales y son planteados para contrarrestar la poca o nula efectividad de los anteriores. El deseo orientador puesto en los enfoques se encamina a pensar que los cambios pueden ser positivos, para un bien común. Constituye lo que podemos denominar como el paradigma teleológico de la educación al que sirven los sistemas escolares (Gimeno, 2011). Los enfoques educativos no van solos, se acompañan de un sinnúmero de expectativas de diversos actores sociales; ven en ellos la panacea para el cambio o una moda pasajera, es por ello que su aceptación se convierte en la discusión interminable de aquellos que están directamente involucrados, cruzando discursos, epistemológicos, pedagógicos, políticos y sociales. Cada uno desde su trinchera ideológica defiende o desacredita a las nuevas estrategias educativas.
Esta corriente del pensamiento fundamentada filosóficamente en el humanismo, concibe al hombre como un ser que busca la trascendencia y su autorrealización mediante una escala de valores y un compromiso responsable con los demás, una vivencia en comunidad. Por otro lado, plantea una visión psicopedagógica que entiende a los seres humanos como creadores activos de su propio conocimiento, basados en lo que se sabe, mediante la interacción con otros y el medio. (Pimienta, 2007). El conjunto teórico que nutre al constructivismo va desde Piaget, Vygotsky, Ausubel y Bruner, entre otros, todos coinciden en poner en el centro el aprendizaje, es decir, el estudiante es el principal actor de la acción educativa, es quien vive su propio proceso formativo de manera individualizada y única, y la enseñanza debe concentrarse en crear condiciones y ambientes que faciliten la comprensión. El constructivismo en la educación rechaza las metodologías conductistas, aquellas que definen las formas por las que habrá de transitar conocimiento en el estudiante, así como los métodos memorísticos o de repetición, contrario al esquema de aprendizaje significativo.Cambia el concepto hombre; satisfacción de vida y felicidad de la persona se constriñen a lo material; la homogenización marca la pauta en la construcción de las ideas a través de los medios; las subculturas ganan adeptos en cuanto al nuevo modelo de felicidad planteado desde lo mercadológico; el "hombre economicus", deja como secuela la deshumanización: